El estampado de rayas lleva con nosotros más de dos siglos y no es casualidad. Reinas, aristócratas, actrices, oficinistas… todas las han lucido por igual a lo largo de la historia debido a su elegancia y practicidad. Las rayas alcanzaron su máximo esplendor con la aparición del estilo náutico en los años 20 y la irrupción de los atuendos geométricos de Mary Quant en los 60. Los cortes, tejidos y formas han evolucionado, pero algo está claro: los vestidos de rayas nunca pasan de moda. Para salir de fiesta, ir a la oficina o disfrutar de las vacaciones, ¡las rayas son una apuesta segura!
Un vestido de rayas fresco, unas sandalias y un sombrero componen un look veraniego infalible para cualquier mujer. Pero aunque asociemos los vestidos de rayas al estilo marinero, lo cierto es que esta prenda puede lucirse todo el año. Te proponemos, por ejemplo, tener siempre a mano un vestido rayado de punto para combinar con unos botines, medias opacas y tu chaqueta favorita. Otra opción muy elegante es el vestido blazer de rayas, que queda ideal con zapatos de tacón o botas de caña alta. ¡También puedes combinar tu vestido con otras prendas de rayas y lucir bonita! Si lo haces, ten en cuenta que:
Los vestidos de rayas se han renovado y transformado para abarcar cientos de cortes, colores y tejidos. Existen algunos modelos, sin embargo, que nunca fallan. Es el caso del clásico vestido marinero de corte relajado, que te salvará de más de un apuro en la época estival. En tu armario tampoco puede faltar un vestido ajustado de tirantes en tonos neutros para ocasiones más formales o un vestido de punto y cuello alto para los días más fríos. Y no te olvides del clásico vestido camisero. Tanto en tonos pasteles como en colores crema, este modelo siempre es tendencia. Y no importa la temporada.